PRINCIPALES VICTORIAS
- Milano-Sanremo: 1988, 1989
- Flèche Wallonne: 1986
- Giro d'Italia: 1989 - 2 etapas
- Tour de France: 1983, 1984 - 9 etapas
- Vuelta a España: 2 etapas
- Grand Prix des Nations: 1989
OTROS RESULTADOS
- Paris-Roubaix: 1988 (3º)
- Giro d'Italia: 1984 (2º)
- Tour de France: 1989 (2º)
- Vuelta a España: 1987 (3º)
LAURENT FIGNON (1960-2010)
Laurent Fignon: “Yo sólo tenía un objetivo en el Giro de 1984: la victoria final.”
Francesco Moser: “Para Fignon, la apuesta italiana es decisiva ya que debe demostrar que su victoria en el Tour de Francia no tiene nada de accidental. Se verá rápidamente si sabe adaptarse al estatus real de líder, porque es evidente que esta vez no podrá contar con el factor sorpresa.”
Laurent Fignon: "Con Guimard queríamos imponer una estrategia de presencia continua y cotidiana en cabeza de carrera, intentando beneficiarnos de la particular geografía italiana. El Giro ofrecía una etapa estratégica cada dos o tres días. Yo sabía que era más fuerte que Moser y Saronni en la alta montaña, y era mi tarea justificar esa reputación.”
Francesco Moser: “Mantengamos la calma. Vencer es bonito y la ventaja adquirida en el prólogo no es poca cosa teniendo en cuenta la distancia tan corta, pero el Giro acaba de empezar y mañana mismo podría perder la maglia rosa. Tengo la asistencia de la ciencia médica, pero no será suficiente si las piernas fallan.”
Franchino Cribiori, director del Atala de Panizza y Freuler, expresa su opinión en una Italia rendida a Moser: “No es reglamentario, no se debería permitir a Francesco el uso de ruedas lenticulares. Un carenado así puede aceptarse en pista, cuando se intenta batir un récord, pero debería estar prohibido en carretera. Moser ha rodado en condiciones de ventaja, ha ganado el prólogo con medios que no tenían sus rivales.”
Gino Bartali: “Los demás no habrían sabido qué hacer con ruedas lenticulares. Moser está en forma, y habría ganado incluso con la rueda de un camión. Pero no exageremos con Moser, hoy el Renault ha ganado la contrarreloj por equipos, y tiene buenos corredores como Fignon, que ha ganado el Tour, pero que tal vez no pueda repetirlo en el Giro.”
Giuseppe Saronni: “Es un resultado mediocre, tanto mío como del equipo. Pensaba que no íbamos a perder más de medio minuto. Lo único que tengo en mente ahora es esconderme en el pelotón hasta el día del Blockhaus.”
Cyrille Guimard: “Pienso que el italiano más peligroso será Contini, que está apoyado por un gran equipo, el Bianchi-Piaggio, bien organizado. Después, naturalmente, Visentini y Battaglin. No creo que Moser pueda ganar el Giro, tiene 33 años y no puede modificar sus características, aunque goce de una mejor preparación y de una asistencia médica más específica. Aunque llegue al Stelvio vestido de rosa, no creo que resista los ataques cuesta arriba. En cuanto a Saronni, soy muy escéptico, no tiene hambre de bicicleta, demasiadas carreras, demasiada actividad. Está cansado, sobre todo de cabeza. En el ciclismo, como en todo, cuentan los estímulos, y a Saronni le cuesta encontrarlos. Correr mucho desgasta, y si Saronni no cambia de rumbo, acabará pagándolo.”
Francesco Moser: “La subida al Blockhaus ha resultado menos difícil de lo esperado. No he subido a rebufo de ningún coche, basta con mirar la grabación de la televisión. Además eso no sirve de nada cuesta arriba, hay que ir al menos a 35 km/hora para disfrutar de ciertas ventajas. He cogido la maglia rosa pero la carrera no cambia nada para mí. Sólo pienso en pedalear de una determinada manera, sin tácticas complicadas. También me gustaría decir que no podemos seguir con ese helicóptero de televisión sobre nuestras cabezas. El ruido te vuelve loco, no puedes oír las bocinas y eso es un grave riesgo. Además está el problema del viento, el helicóptero estaba tan cerca que estábamos en un vórtice de aire, con polvo, hierba y grava.”
Diego Moser, hermano de Francesco, a falta de dos semanas para subir el Stelvio: “Se puede cancelar la subida a la cima del Stelvio. Nieva mucho y realmente hay muchos metros de nieve, demasiados. Torriani tendrá que buscar una variante. Y está por ver si los ciclistas podrán pasar también por los cinco puertos dolomíticos.”
Moreno Argentin: “Muchos expertos no contaban conmigo en vísperas del Giro de Italia, habían decidido que los favoritos eran otros, y ahora deben ser coherentes y dejarme en paz.”
Laurent Fignon: “Había perdido más de un minuto sobre Moser y los aficionados italianos ya me daban por muerto. Una fuerte dosis de glucosa fue la responsable, una descarga de insulina me provocó una hipoglucemia. Fue la primera vez que detectamos esa anomalía en mi cuerpo, y nunca más volvió a suceder, pero en ese Giro el daño ya estaba hecho. Decepcionado, Guimard comenzó a hablar mucho conmigo. Cada noche analizábamos las siguientes etapas para desarrollar una estrategia de acoso diario. Disfruté del juego, sobre todo porque Moser, a lo largo de la segunda semana, siguió mejorando sin parar. La confianza estaba de su lado, a imagen de todo el pelotón italiano, que había jurado lealtad a Su Majestad y le allanaba el terreno en cualquier situación. Si había un hueco para cerrar, un italiano le ayudaba, fuese de su equipo o no. El equipo Renault debía luchar contra todo un país, sin exagerar. En determinadas etapas el público me escupió, me rociaron con vinagre y con algunas otras dulzuras… Los compromisos eran visibles y se decían muchas cosas sobre los organizadores, en particular sobre el director, Vincenzo Torriani, que evidentemente había tomado partido.”
Mario Fossati, periodista de La Repubblica: “El trabajo realizado preparando el Récord de la Hora, subiendo pendientes del 12 y 13% con grandes desarrollos, ha permitido a Moser superar la resistencia del peso, del aire, de la fricción, de la diferencia de altura... En resumen, de la carga.”
Enzo Moser, hermano mayor de Francesco: “Francesco disfruta de una óptima salud, no toma porquerías, fármacos que arruinan el hígado y el estómago. Recupera bien. La Vuelta a España fue una excelente preparación para el Giro, que de momento va bien. Fignon es una amenaza y junto a Visentini y Argentin hay un grupo de seis o siete ciclistas que hay que tener en consideración. Nuestras mayores esperanzas están puestas en las dos contrarrelojes individuales. ¿Serán suficientes?”
Doctor Ferrari: “Me temo que el equipo se desgastará para soportar el peso de la maglia rosa. También me dan miedo los trucos sucios, una coalición desesperada, e incluso el carácter del propio Moser, que nunca se deja intimidar y no retrocede ante nada.”
Doctor Lorenzo Somenzini: “Francesco comía bien antes de encontrarnos, comía alimentos adecuados. Su problema es que los tragaba a una velocidad tan aterradora que no favorecía la buena digestión. Quienes comen rápido mastican mal, cansando el estómago con exceso de trabajo, lo que alarga los tiempos de digestión. Lo corregimos, y creo que, en cierta medida, ese esfuerzo sirvió para mejorar su forma física y, por tanto, su rendimiento.”
Anónimo: “¿Y el cambio de sangre? ¿No han dicho nada de esa intervención que ya practicó Francesco antes de Ciudad de México?”
Francesco Moser: “En el Stelvio hay diez metros de nieve. Se está dando la misma situación que el Giro del 77, en el que ganó Pollentier, cuando los cambios que hizo Torriani hicieron aún más difícil el recorrido. Si Torriani quisiera consultarme, y teniendo en cuenta que conozco esos lugares como mis bolsillos, sabría qué sugerirle. Entendámonos, no estoy pidiendo favores.”
Francesco Moser: “Pasar por el Stelvio significaría correr el riesgo de acabar con la nieve al cuello.”
Roberto Visentini, tras la llegada en subida a Bardonecchia: “Había descolgado a Moser. Luego me volví y vi un río de motos y coches. Me gustaría haber visto a Moser persiguiéndome, no a una moto precediéndole. Es una vergüenza y se lo he dicho a Torriani. Si se quería que Moser ganase el Giro, hubiese sido mejor decirlo directamente.”
Francesco Moser: “Con motos o sin motos, subes con tus piernas. No he visto esa marabunta de la que habla Visentini. El caso es que no iba tan rápido, lo pillamos fácilmente. Ahora que lo pienso, lo mejor hubiera sido dejarle ir, que se hubiera tostado a fuego lento, y quizás podríamos haberle descolgado después.”
Marino Lejarreta: “Moser está haciendo cosas que nadie esperaba. Creo que el Stelvio será clave para él. Si está arriba con los primeros, gana el Giro. Visentini, ya sabemos, como siempre. Argentin, otro de los que tengo yo por delante, puede acusar el final del Giro. Fignon es un hombre irregular, que no sabes nunca por dónde te puede salir.”
Ennio Ortolani, ingeniero director de la Agencia Nacional de Carreteras del compartimiento de Bolzano: “Pasar por el Stelvio hubiera sido una locura. El otro día hice una inspección con uno de mis técnicos, con los responsables del Giro y con la Policía de Tráfico. La carretera estaba despejada y todo hacía pensar que el paso podría permanecer abierto hasta hoy. Pero la noche pasada ha nevado y ha aumentado el peligro de aludes. Hoy seguía nevando e incluso uno de nuestros vehículos pesados ha quedado atrapado en la zona de Roccablanca, a unos 800 metros de la cima. En definitiva, había una situación clara de gran peligro.”
Vincenzo Torriani: “Sé que la carrera puede pasar por el Stelvio, pero tengo que plegarme a la burocracia. Estoy consternado, no me gustaría que la suspensión del paso por el Stelvio se viese como una maniobra para favorecer a Moser.”
Laurent Fignon: “Francesco era un ciclista fuera de lo común con métodos que flirteaban con todas las fronteras de lo razonable, tanto en el plano técnico, ya que se beneficiaba de investigaciones avanzadas y utilizaba bicicletas tipo <<Récord de la hora>>, como en el plano físico, ya que todo el mundo sabía que colaboraba con médicos poco considerados con la ética. Aprovechando el frío y la altitud, los organizadores, con el apoyo político de las autoridades, inventaron eventuales peligros que no existían. Ya lo habían hecho dos o tres veces con puertos menos célebres, y las etapas eran remodeladas día a día en función de sus intereses. Era surrealista. Había estudiado escrupulosamente los menores detalles del recorrido con Guimard, y ya sabía donde iba a lanzar mi ataque. Guimard protestó todo lo que pudo. En vano. El recorrido alternativo ofrecido por Torriani fue indigno.”
Roberto Visentini: “Cuando Fignon y yo atacamos en la subida al Tonale numerosas motos y coches llevaron a Moser y su grupo hasta nosotros. Tengo a Fignon como testigo de que lo que digo es cierto. Atacaré sin descanso a Moser hasta el último día.”
Laurent Fignon: “En Val Gardena fui segundo y logré recortar algo de tiempo con un Moser muy feliz por el golpe <<político>> que nos había impuesto a todos.”
Francesco Moser: “Me he venido abajo de repente. Me dolían las piernas. Luego encontré fuerzas para reaccionar y terminé bien. Ahora ya no se puede hacer ningún pronóstico, cualquier cosa puede suceder. Fignon es el corredor al que más temo, corre como un demonio.”
Roberto Visentini, tras ser insultado, escupido y perder casi 13 minutos: “No corro más.”
Laurent Fignon: “La siguiente etapa ofrecía eventualmente una posibilidad, con cinco puertos entre Val Gardena y Arabba: Campolongo, Pordoi, Sella, Gardena y nuevamente Campolongo. A falta de 55 kilómetros, exactamente en el lugar previsto, me fui solo entre el frío y la niebla, que tanto detestaba… Me vestí de rosa, pero Moser, un minuto y medio por detrás, no se había hundido del todo, contrariamente a lo que hubiese podido producirse en el Stelvio por encima de los 2000 metros de altitud. Todo el pelotón le ayudaba a no perder demasiado tiempo, cadenas de seguidores se habían organizado para empujarle en los puertos… ¡Y los comisarios se sumaron a la farsa sancionándome con 20 segundos por un pretendido avituallamiento fuera de zona! Moser tenía que ganar. Quedaba una contrarreloj el último día: 42 kilómetros entre Soave y Verona.”
Francesco Moser: “Los de los últimos días no fueron verdaderos ataques, fueron amagos, pero hoy Fignon ha disparado con todo y es de recibo honrarlo. Hice lo imposible pero no se pueden cambiar las cosas, ha sido el más fuerte. En la anterior contrarreloj le saqué 1 minuto y 28 segundos a pesar del pinchazo, pero él no era líder. Está clarísimo que para mí será tan difícil como volver a batir el Récord de la hora.”
Laurent Fignon: “Segundo a un minuto y tres segundos en la clasificación general. Moser rodó a casi 51 km/h de media. Se estima que el beneficio de su material era de 2 segundos por kilómetro. Además fue difícil de aceptar que durante gran parte de mi contrarreloj el piloto de helicóptero de la televisión, sin duda atrapado por la pasión por su trabajo, se divirtiera filmándome de tan cerca que hubiera podido besar mi dorsal con el objetivo de su cámara. No es necesario decir que las turbulencias provocadas ralentizaron mi progresión. En dos o tres veces, al borde de una caída, me sentí obligado a levantar mi puño para quejarme. Se hizo todo lo posible para que Moser pudiese ganar. En circunstancias normales, si se hubieran respetado todas las etapas y un mínimo de reglas morales, esta contrarreloj no hubiera tenido más que una importancia secundaria, las diferencias se habrían ampliado mucho antes. Y yo habría ganado mi primer Giro de Italia de la manera más lógica del mundo. En lugar de eso, un dolor quemaba mi pecho, el dolor de la injusticia.”
Francesco Moser: “Los franceses se quejaron por la historia del helicóptero, una polémica estéril que no se sostenía en pie. Creo que Fignon perdió el Giro en el Blockhaus, cuando me fui con Argentin. Le derroté justo en su terreno favorito. Gané el prólogo. Luego repetí en la contrarreloj de Milán, y a pesar de un pinchazo le derroté claramente. Perdí la maglia en Arabba, donde gasté mucho para intentar reducir la brecha con el francés, pagué un alto precio por el esfuerzo en Campolongo, la última de las cinco subidas de ese día. Perdí la maglia rosa, pero no mi confianza. Al día siguiente obtuve una bonificación de diez segundos en un esprint de alto voltaje en Treviso, donde fui tercero tras Bontempi y Rosola. Todavía estaba vivo y el doctor Conconi me dijo que al día siguiente ganaría la etapa y el Giro.”