“Es un recorrido clásico y equilibrado. Hay cinco etapas de montaña maravillosas. Es el inicio de una nueva era, ha terminado un período de largo dominio. Es la hora de Ullrich, de Basso, y de otros que también llegarán. El camino está abierto. Es un momento emocionante.” Son palabras del director del Tour de Francia, Jean-Marie Leblanc, durante la presentación de la edición del 2006, ya enfrentado con Lance Armstrong por las informaciones publicadas por el diario L’Équipe en las que se acusaba al norteamericano de consumir EPO durante el Tour de 1999: “Esto atenúa y diluye sus actuaciones y su credibilidad como campeón.”

 

   Varios meses más tarde...“Agradezco al Phonak el detalle que ha tenido al querer que sea yo quien coja el maillot. Estuve cuatro años allí y sólo dejé amigos. No creo que hayan cometido una imprudencia dejándome el primer puesto, aunque nadie regala nada y yo voy a intentar conservar este maillot el máximo tiempo posible. Minuto y medio no es suficiente para inquietarles. Si lograra llegar de amarillo hasta París sería una sorpresa para todos.” Así se expresa Óscar Pereiro el sábado 15 de julio del 2006, tras vestirse de amarillo en una decimotercera etapa del Tour de Francia que comenzaba situado en el puesto 46, a casi 29 minutos del líder, Floyd Landis. José Miguel Echavarri se acercó a su pupilo para invocarle a una reflexión: “Acuérdate de Chiappucci.”

 

   A falta de los Alpes, Floyd Landis se perfila como favorito. Carlos Sastre, sexto en la clasificación a 3 minutos y 21 segundos de Pereiro, profetiza que en la primera etapa alpina, que incluye las ascensiones al Izoard y al Lautaret, “los favoritos no se moverán hasta la última subida a Alpe D’Huez porque tendrán miedo de hacerlo antes. Hay mucha distancia entre una montaña y otra y podría ser un suicidio. Las diferencias todavía son mínimas y el Tour está muy abierto. Delante hay siete u ocho corredores cortados por el mismo patrón. En los Pirineos, Menchov y Landis trataron de tomar ventaja y no pudieron. No se puede descartar a nadie, tampoco a Pereiro, que luchará a tope.”

 

   El 18 de julio, Floyd Landis recupera el maillot amarillo en Alpe D’Huez, pero Pereiro se mantiene segundo a sólo 10 segundos del americano: “Demostré que estoy bien y que en los Pirineos tuve solamente un mal día. Todavía estoy ahí y seguiré luchando por el podio y por la carrera.” Carlos Sastre es quinto, a poco más de dos minutos: “Tal y como está la carrera, en cualquiera de los dos días alpinos que quedan puede pasar cualquier cosa, incluso que se hundan los mejores y que surjan otros con opciones.”

 

   Al día siguiente, mientras el danés Rasmussen pasa primero por la cima de la Croix de Fer después de haber atacado en el Galibier, Floyd Landis, junto al resto de favoritos, lleva un retraso de 8 minutos y 30 segundos. El danés se mantiene en cabeza hasta el inicio a la última ascensión de la jornada, La Toussuire, un puerto de casi 15 kilómetros con una pendiente media del 5.8%. Nada más iniciar la subida Menchov ataca, siendo respondido por Rogers, Pereiro y Evans. El T-Mobile de Andreas Klöden arrastra a Floyd Landis y neutraliza la escaramuza, pero poco después es Carlos Sastre quien desenmascara al líder con un furioso ataque a falta de 12 kilómetros para la llegada. Floyd Landis hace agua y comienza a perder minutos vertiginosamente: “No encuentro más explicación que el haber pasado un mal día. No estuve a gusto a lo largo de toda la etapa.” Pereiro recupera el maillot amarillo y encabeza la clasificación con 1 minuto y 50 segundos de ventaja sobre Carlos Sastre. Andreas Klöden es tercero a 2 minutos y medio. Dessel, Evans, Menchov, Rogers, Moreau, Leipheimer y Zubeldia completan los diez primeros puestos. El que aparentemente era el hombre más fuerte de la carrera, Floyd Landis, es undécimo a más de ocho minutos del español, que revela que “la noche del martes me llamó Perico Delgado y me dijo que atacase bajando, no para conseguir diferencias, sino para obligar a que algún corredor se quedase sin comer, sin avituallarse. Le dije a mi compañero que tirase para abajo en la Croix de Fer. Estoy triste por Floyd. Es mi amigo.”

 

   Un día después, el 20 de julio, a falta de 140 kilómetros para la llegada y con cuatro puertos alpinos por delante, Floyd Landis, perfectamente recuperado del esfuerzo del día anterior, ataca en el primero de ellos y llega destacado a meta, culminando una etapa legendaria, clave para la historia del cultivo de cannabis en Estados Unidos. Pasando destacado, sólo o en compañía, por el col de Saisies, por el Aravis, por La Colombière y por el temible Joux Plane, el americano se impone en la meta de Morzine con 5 minutos y 42 segundos de ventaja sobre Carlos Sastre y 7 minutos y 8 segundos sobre Pereiro. Eusebio Unzué, director del Caisse d’Epargne de Pereiro no consigue entender el comportamiento del CSC de Sastre: “Hicimos lo que pudimos con cuatro corredores. No comprendo cómo el CSC no colaboró. Era fácil darse cuenta de que no podíamos con Landis. El T-Mobile no tiraba porque Klöden no iba desde el comienzo, pero el CSC tuvo tiempo de sobra para darse cuenta de la situación.” Tercero en la clasificación general a 18 segundos de Carlos Sastre, a sólo 30 segundos de Óscar Pereiro, y con una contrarreloj de 57 kilómetros por delante, el Tour de Francia parece sentenciado en favor de Floyd Landis: “El miércoles me sentía muy decepcionado. Mi equipo había trabajado para mí durante el Tour y yo eché por el suelo todo este trabajo por culpa de una mala jornada. Hoy en cambio me siento muy contento porque he podido estar a la altura de lo que se esperaba de mí.”

   Óscar Pereiro, 27 de julio de 2006: “Tengo un sentimiento agridulce, porque es una mala noticia para el ciclismo, y prefiero quedarme con el segundo puesto y que no se confirme el positivo de Landis.”

 

   Óscar Pereiro, 26 de diciembre de 2006: “Si se decide que yo soy el ganador del Tour, me gustaría que la decisión se tomase de inmediato, para poder aprovecharlo ahora y no dentro de unos años.”

 

   Óscar Pereiro, 21 de septiembre de 2007:  “Ahora sí que uno empieza ya a creérselo poquito a poco, pero todavía falta algo a nivel oficial para poder decirlo con la boca bien grande. Ver que tanto la UCI como el Tour hablan de mí como ganador es algo positivo. Esto parece que va llegando a su final.”

 

   Óscar Pereiro, 9 de octubre de 2007: “Dentro de mi frustración hubo algunos momentos en este largo período de tiempo en el que a veces pensé que el Tour tenía algo contra mí, pero ahora me doy cuenta de que existían una serie de pautas legales que se debían cumplir y la prueba de todo ello es que ahora nos encontramos aquí, aunque Landis haya recurrido la sentencia de la comisión estadounidense al Tribunal de Arbitraje (TAS). Sería una mala persona si estuviese contento por lo que está pasando. No estoy contento con lo que está pasando, pero a su vez creo que en el deporte hay unas reglas, hay unas normas de juego que hay que cumplir, y el que no las cumpla debe ser sancionado. Eso como deportista… Como persona, no me gustaría pasar por lo que está pasando Landis."

 

   Óscar Pereiro, 25 de junio de 2024: “Llamé a Floyd Landis después de lo sucedido en el Tour, pero no me cogió el teléfono. En 2007 vino a la Vuelta a España y quería verle como amigo y preguntarle lo que pasó, pero no fue posible con todas las cámaras que había. Desde entonces no hemos vuelto a tener contacto.”

 

   En 2016 Floyd Landis crea Floyd’s of Leadville, empresa comercial basada en el cultivo de la planta conocida como cannabis sativa. En 2021 lanza al mercado una edición limitada de café con infusión de cannabidiol que llama <<Etapa 17>>, en honor a la utópica etapa en la que, además de terminar con su propia carrera como ciclista profesional, puso contra las cuerdas a los españoles Carlos Sastre y Óscar Pereiro.